No se puede enseñar algo que se desconoce

Esto, que puede parecer obvio, al parecer no lo es tanto, me explicaré:

 

El 95% de la gente que conozco son educadores, docentes, profesores, trabajadores juveniles…
La gran mayoría de ellos verdaderos apasionados de su profesión, vocacionales e incluso voluntarios que emplean su tiempo libre en profundizar en aquello que les apasiona y es un gustazo compartir tiempo con ellos.

 


Son esa gente de la que puedes decir “jo, es que contigo siempre se aprende” y es algo fantástico, no sólo por lo que aprendes sino porque te contagian esa alegría de estar en la vida, esa curiosidad innata y forma de mirar a tu alrededor, puedes ver las maravillas que consiguen a pesar de que no empleen su tiempo en documentar su trabajo para presentarse a ningún concurso.

 

Sin embargo en España hay una gran mayoría de docentes que no son así, no les apasiona su trabajo, ni su materia, ni el trabajo con niños y adolescentes, pero lo peor de todo es que DESCONOCEN PROFUNDAMENTE aquello en lo que se supone deben inspirar a otros.
A veces no es culpa suya porque el propio sistema les obliga a impartir materias que no son su especialidad y tampoco les deja tiempo para preparárselas.
Yo no podría enseñar a nadie conceptos aeronáuticos porque no tengo ni idea, pero es que ni siquiera me atrevería a aceptar ese trabajo, sobretodo por responsabilidad.

 

Hace unos meses se me ocurrió preguntar en un grupo de profesores lo siguiente:
¿Se puede enseñar algo que se desconoce?
Y puse un ejemplo: ¿Puede un docente enseñar que todas las esdrújulas se acentúan si no lo sabe?
Sorprendentemente esta pregunta originó un debate plagado de insultos hacia mi persona por parte de profesores.
Llegué a poner el ejemplo de tablones de anuncios de colegios de Alicante plagados de faltas ortográficas y gramaticales, algo que no puedo comprender que suceda, y ya los insultos y las faltas de respeto hacia mi se salían de órbita.

 

¿Tiene sentido que en el lugar donde te tienen que enseñar a escribir no sepan hacerlo?
¿Llevarías tu coche a arreglar a un mecánico cuyo coche no funciona?
¿Entrarías a operarte en un hospital donde todo el que entra muere?
¿Por qué en la educación esto no importa?
¿Y por qué se insulta y ataca al que se atreve a ponerlo de manifiesto?

 

En el entorno en el que me muevo yo, los educadores son verdaderos «artistas de la educación” cuyo trabajo emociona y es admirable, a pesar de que no sean reconocidos por el gran público.
Voy a dejar el ejemplo de esta profesora de lengua, que presume de ser trilingüe, con trabajo y sueldo asegurado de por vida, quien en su respuesta, a cosas que yo nunca dije, acumuló la friolera de 43 faltas al responderme a por qué los docentes de la Comunidad Valenciana no se presentaban a las pruebas PISA que evalúan al profesorado.

Creo que se responde por sí sola y que hasta que no cambiemos esto…

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